Los misterios de la Reina Roja de Palenque

Por Por Mayra Pardillo Gómez

México, (PL) La respuesta al origen de la llamada Reina Roja, hasta ahora una incógnita, podría estar cerca tras la más reciente investigación en México hecha por especialistas a su ajuar mortuorio. Para este estudio se emplearon técnicas de microscopía electrónica y arqueología experimental, que permitieron reconstruir su proceso de elaboración y compararlo con el de otras piezas prehispánicas del área maya.
Se conoce como la Reina Roja a la osamenta hallada en el Templo XIII de las ruinas arqueológicas de Palenque, en Chiapas, en la frontera con Guatemala.
Chiapas contó con importantes culturas mesoamericanas durante la época precolombina, entre ellas la olmeca, maya y chiapaneca.
En 1981 la zona arqueológica de Palenque fue designada parque nacional, mientras que en 1987 la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad.
Un comunicado de prensa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es el punto de atracción para ir en busca de otros detalles sobre tan enigmático personaje, que se irán entrecruzando.
El arqueólogo Emiliano Melgar, del INAH, de acuerdo con el texto, trabajó en 2015 con una muestra de 44 piezas de la máscara, las orejeras, la diadema y el collar.
Explicó que pese a lo frágil que es la malaquita fue posible copiar segmentos representativos de las 119 incrustaciones de dicho mineral que conforman la máscara mortuoria.
Dos placas de obsidiana simulan las pupilas y otras cuatro de jadeíta los iris, mientras dos cuentas tubulares y dos circulares forman las orejeras de jade, aportan otros materiales consultados.
Si bien los cortes e incisiones con obsidiana y las perforaciones de pedernal en los adornos de la Reina Roja coinciden con el resto de los objetos palencanos estudiados, no lo hacen en su técnica de desgaste y pulido.
«Esta marcada diferencia indica que las piezas de la Reina Roja fueron elaboradas por un taller de artesanos distinto, el cual pudo haber impreso un sello de etnicidad en el conjunto», precisó Melgar.
Lo anterior, sumado a la ausencia de residuos de malaquita en la tumba y en la zona arqueológica, plantea la posibilidad de que el ajuar fue confeccionado fuera de Palenque, y trasladado a la ciudad para las exequias de la Reina Roja.

ENIGMÁTICO SARCÓFAGO

El 11 de abril de 1994, se descubrió en el Templo XIII de Palenque una subestructura, una puerta y un pasillo que conducía a tres recámaras, en una de ellas se encontraría el sarcófago de la Reina Roja.
Siete días después ocurriría lo mismo con la tumba y el 16 de mayo con el sarcófago monolítico (piedra), y en junio la lápida, que lo había sellado por más de mil 300 años, fue removida de su lugar.
Los investigadores del INAH coincidieron en la necesidad de más estudios para intentar localizar en Palenque talleres de lapidaria contemporáneos al enigmático sarcófago.
Este objeto por sí mismo indica que perteneció a una figura relevante para su tiempo en la sociedad maya, expresaron.
De acuerdo con los expertos, hasta la fecha se desconoce de otras mujeres de esa época inhumadas en un sepulcro.
Fue bautizada como la Reina Roja por el tono escarlata de la osamenta debido al efecto de los casi tres centímetros de cinabrio que la cubrían.
Este es un mineral, compuesto de mercurio y azufre de color rojo, que era utilizado para preservar los restos humanos.
Debido a que el sarcófago carece de inscripciones, la identidad de la osamenta no está establecida hasta la fecha.
El antropólogo e investigador mexicano Arturo Romano (1921-2015) estimó en su momento que la fémina tenía una altura de 1,58 metros y una edad de 38 a 40 años cuando ocurrió su muerte.
La hallaron en 1994 en el interior del Templo XIII de Palenque -también conocido como Templo de la Reina Roja- aunque las investigaciones acerca de su identidad continúan.

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